Reflexión del documental: COMPRAR, TIRAR, COMPRAR


El documental “Comprar, Tirar, Comprar. La historia secreta de la obsolescencia programada»”, recorre el inicio del concepto y de la propia práctica de esta actividad que moldeó el modo de producción y consumo de la humanidad, transformando a la sociedad en lo que conocemos hoy en día. El estudio revisa las implicaciones que esta forma de vida ha tenido en la economía tanto individual como mundial y plantea una alternativa a no seguirla, no sin antes mostrarnos terribles consecuencias de esta práctica, como la producción continua e ininterrumpida de residuos sólidos que llegan a parar incluso afuera de las fronteras de los países generadores.
La investigación gira alrededor del concepto de "obsolescencia programada", la limitación intencionada de la vida útil de los bienes que consumimos por parte de sus fabricantes. Lejos de ser una teoría conspirativa o una idea nueva, los primeros datos se remontan al primer cuarto del siglo XX, cuando los grandes fabricantes de bombillas pactaron por escrito no fabricarlas con duración superior a mil horas, a pesar de que los avances permitían ya la producción de lámparas más avanzadas.
Los bienes, como las impresoras, ya no se reparan; lo que sale más rentable es comprar uno nuevo. Es indudable que el sistema económico actual se basa en la creación constante de necesidades nuevas, el consumismo es la base de la creación de empleo y, por tanto, del crecimiento, que se ha asumido como "mantra" y única vía de bienestar y felicidad. 
Pero, las cosas no fueron siempre así, la sociedad actual del comprar tirar comprar es nueva, ahora oímos mucho la necesidad que tenemos de cambiar nuestro estilo de vida y nuestra sociedad de consumo, "no aguantaremos así mucho", nos dicen. El planeta no aguantará, y quizás muchos piensen, “pero si se lleva consumiendo y comprando toda la vida, ¿por qué vienen a molestar ahora?” Si piensas así, vuélvelo a pensar.
El planeta no ha dicho basta porque llevemos toda la vida comprando, tirando y comprando. Ha sido en solo 40 años que hemos conseguido hacer un destrozo brutal, la tierra tiene unos 4.500.000.000 de años, el ser humano unos 200.000 años, 40 años es lo que nos ha hecho falta para estar al borde del colapso, este ritmo de consumo no es viable si queremos seguir prosperando social y económicamente.
Antes, cuando se decidió que las cosas empezarían a romperse, no había conciencia de ecologismo, o de cuidar el plantea. En esa época se pensaba que vivíamos en un planeta de abundancia, con recursos casi ilimitados, el único objetivo era hacer más dinero, no había maldad en ello.
Pero hoy si sabemos. Es por eso, que cuando nos compramos un algún producto y la misma empresa nos obliga a remplazarlo o a repararlo, nos molestamos, porque queremos productos realmente duraderos, un ejemplo muy obvio son los celulares y computadoras, las nuevas actualizaciones se convierten necesarias para el uso del equipo, pero no es compatible con esos equipos viejos lo cual causa fallas por incompatibilidad, haciendo que nuestros equipos se vuelvan obsoletos y en ocasiones alguna pieza se descomponga y tienes que comprar una pieza nueva o un equipo nuevo, lo que nos trae a ese gran problema de siempre, sabemos de dónde viene cada producto, sabemos lo que se tiene que tomar de la tierra para conseguirlo, pero, ¿Qué podemos hacer como consumidor?, como consumidor tenemos el poder de cambiar las cosas. Nuestro dinero mueve el mundo, solo tenemos que exigirlo.
Cuando la obsolescencia programada se inventó no sabían lo que sabemos hoy, ahora no tenemos excusa, el que no ve es porque no quiere ver, la información está ahí al alcance de la mano, y no nos queda otra que dar un paso atrás, buscar una vida rica en experiencias, en conexiones sociales y personales, no en cosas, y votar, votar con nuestro dinero qué tipo de productos queremos comprar, qué tipo de sociedad y planeta queremos construir.

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