Cop 18, Doha (2012) (Resumen)
Del 26 de Noviembre al 7 de Diciembre
de 2012 se celebro en Doha (Qatar), la 18ª Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 18).
Continuando con la anterior Cumbre de Durban (COP 17), su objetivo ha pretendido
ser el de sentar las bases para un acuerdo climático que asegure que el aumento
de temperatura global no supere los 2º C, umbral estimado a partir de cual
existe un grave riesgo de desestabilización del sistema climático que pueden
producir impactos de consecuencias impredecibles.
Después de más de dos semanas de frustrantes
negociaciones y con más de 24 horas de retraso sobre lo previsto, los 194
países reunidos en Doha han alcanzado un acuerdo de mínimos, conocido como Puerta Climática de Doha, y que prorroga hasta 2020 el periodo
de compromiso del Protocolo de Kioto. Esta prórroga tiene obligaciones
para muy pocos países (léase, UE, Australia, Noruega y Croacia) y del que se
caen Rusia, Japón y Canadá. Además, se marca como objetivo un complicadísimo
pacto mundial en 2015 que debe incluir a Estados Unidos, China, India y Rusia.
Doha debía ser una cumbre tranquila,
con unos objetivos modestos, pero los obstáculos se han multiplicado
El Protocolo de Kioto de
1997 obligaba a 35 países industrializados a reducir una media de al menos un
5,2% las emisiones de gases de efecto invernadero tomando como referencia las
emisiones de 1990. Sin embargo, ya en su origen no incluía a países
desarrollados tan importantes como Estados Unidos y no imponía objetivos de
reducción de los gases a los países en desarrollo como China, India, Brasil o
México.
Este
acuerdo alcanzado en Doha aplaza además hasta 2013 las negociaciones sobre la
demanda de los países en vías de desarrollo, que exigen mayores donaciones para
ayudarles a frenar las emisiones de gases de efecto invernadero.
El texto da un impulso al Fondo
Verde para el Clima y se propone que las ayudas a largo plazo
de los países desarrollados alcancen los 100.000 millones de dólares al año
antes de 2020. Las partes avanzaron también en la creación de un fondo para que
los países en desarrollo afronten los gastos derivados de las pérdidas y daños
causados por el cambio climático.
Todas las delegaciones presentes en Doha han
reconocido que el acuerdo final no satisface las recomendaciones científicas,
que pedían medidas drásticas para evitar el calentamiento global, del que hay
evidencias que está detrás de los acontecimientos climáticos adversos.
Si bien la delegación de la UE se
congratuló de los acuerdos alcanzados, el resultado de esta cumbre es
considerado como decepcionante para
las principales ONG ecologistas,
pues no refleja ni la urgencia de reducir las emisiones ni las necesidades de
financiación que conlleva el cambio climático. Así mismo, estas organizaciones
le piden a la UE que recomponga su liderazgo y endurezca el objetivo de
reducción de emisiones. El tímido progreso, tanto el de Doha y como de
anteriores cumbres, deja flotando la sensación de que hace falta un giro
radical para alcanzar un pacto mundial convenciendo a China, India y Rusia de
que se pongan objetivos de emisiones.
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